viernes negro

Uno cree que sólo pasa en las películas, pero en verdad no. Hoy dìa no me debì haber levantado o mejor dicho anoche no me debì haber acostado.
Tuve una racha de mala suerte de esas que hace tiempo no se venian, pero bueno...asumó que se está acabando.
El Jueves 10 de Agosot, los augurios de la mala racha ya se hacían palpables.Estaba con demasiado ánimo para ser día de taller, me dolñia la cabeza constantemente y no podía dejar de hablar...a pesar de eso, un buen jueves.

Desde que partió el viernes 11 la cosa no andaba bien.
A las 00:01 Me perdí entre Colon, amnérico Vespucio y Presidente Errazuriz, calles que he ocupado desde los 7 años pero que anoche parecían un laberinto. Después de media hora pude llegar a mi destino final.

Pasadito las 3:30 am mágicamente perdí el control del auto y empezó a andar muy rápido por una bajada al lado de mi casa. Después de un par de trompos y aplicando freno de mano hice parar al auto loco dejando una gran víctima: mi siquis. Choque con un auto cuyo estado etílico del conductor hizo que nos dieramos un apreton de manos y si te he visto no me acuerdo y mi auto salió sano y salvo...aunque ahora lo odio.
Yo por mi parte no deje de llorar hasta como las 5 am.

A las 11:00 am, me desperté con mucho dolor de guata, como si me hubiera tomado hasta el agua del florero, lo cual era imposible ya que estoy totalmente abstemia. Cuento corto...una buena vomitada de todo lo que había comido la noche antes solucionó el problema.

A las 12:30 pm hora de irse a la Universidad, mi billetera y celular habían desaparecido...después de dar vuelta la casa decidí que el celular estaba por ahí pero no habían esperanzas para la billetera.

Como a las 1:20 pm las cosas parecían mejorar, el día estaba lindo, me había lavado el pelo, un amigo muy amoroso me dijo que me veía bien...

Pero no duró tanto a las 15:03, sentí que algo me caía desde el cielo. Asumí que no era nada y seguí caminado. Llego a la camioneta estacionada en parquimetro y ¡Rayos! Luces prendidad. Obvio que no parte. No partió. Por suerte el señor del parquimetro tenía cables y auto...rápidamente me recargaron.

A las 16:30, llegando a mi casa y dispuesta a ver The OC toda la tarde de manera terapéutica, me toco algo duro y mojado en la polera...caca de pájaro verde y hedionda ahora en mano y polera...eso era lo que había caído del cielo...dicen que es buen augurio...vamos a ver como se termina el día.